jueves, 26 de abril de 2012

Impalpablemente presente…


   La brisa es fuerte, fría, se puede sentir y ver el movimiento de las hojas de los árboles y el ruido de las frutas al caer; el sol está allí, a penas son las 10 de la mañana y su calor es escaso  para las temperaturas que acostumbramos sentir en mi ciudad, ayer al contrario hizo tanto calor y la fuerza de los rayos solares a la misma hora eran insoportables si estabas expuesto por la calle; mi amado sol vas a bienes, siempre estas pero cambiante, unos días sonriente a la vista de todos y en ocasiones juguetón te escondes tras las nubes pero sé que estas allí…

   Y así eres tú, vives, vas y bienes dejando el calor de tu presencia y luego la brisa de la vida te aleja a lugares inalcanzables, inimaginables para mí; creas nuevas historias, conquistas nuevos corazones y sacas sonrisas frescas por dónde vas… Mientras en el baile de mi vida también voy y vengo, sonrió y conquisto espacios, lugares nuevos y personas desconocidas, pero a diferencia de ti bailo solo con la brisas, y me encuentro con la esencia de mi alma que te extraña, que te anhela  y el espacio vacío de mi vientre que no recibió el milagro de el amor y de la vida, y tu escabullido  por los caminos que te has inventado creas tu propio mundo sin mi presencia, sin mi afecto cercano y sincero, sin mi abrazo en tu cuerpo, sin el sutil movimiento de mi lengua por tu ser y sin las fragancias que arrojan los cuerpos cuando el amor y el deseo regalan el placer de sudar juntos. . .  Y lo mejor es que conseguimos vivir, tu sin mí y yo sin ti, vivimos el prodigio de estar aquí y ahora, la oportunidad de escribir nuestras propias y diferentes historias, sin calles cruzadas, sin mismos cielos y mismas ciudades y cuando pisamos las mismas calles estamos a destiempo; vamos en diferentes trenes, llevamos diferentes rutas, solo quizás en algún momento el destino nos lleve a la misma estación y entonces allí nos miraremos frente a frente y tú con tus manos ocupadas y entrelazadas con otros amores no podrás sentir mi abrazo, porque yo de igual manera tendré mi corazón cercado y sentiré en el centro de el que late más fuerte, sube y baja desde mi garganta a mi estomago, pero no abra palabra, ni contacto, solo quizás alguna lagrima se pasee por nuestros rostros certificando que no era tiempo de amor entre nosotros. . . Solo quizás con el paso del tiempo, si Dios lo cree pertinente podremos algún día compartir las caricias de la misma brisa y solo entonces al olernos reconoceremos y entenderemos que siempre estuvimos impalpablemente presente en la vida dispersa de nosotros…

   Siempre Anyhec

   Barinas 26 de abril 2012 


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