sábado, 30 de enero de 2010

Como un Ángel…


En una Ciudad muy lejana y caliente, entre llanuras y al pie de la Cordillera Andina, atravesada por un caudaloso rio, vivía una Niña; Ella se reía mucho, tenía muchos amigos, y estaba adornada por unos largos cabellos negro y brillante, con unos papas maravillosos, en medio de su dicha, no podía evitar llorar en algunos momentos, cuando esa parte que permanecía a oscuras en su corazón se movía como un fuerte terremoto en su pecho, empujándola tan duro que le hacía creer que los hombre siempre la harían daño, por la triste experiencia de sus años de infancia.
Siempre habían Ángeles a su alrededor, a algunos, los podía ver, pero a otros no.
Había uno muy especial, que se escondía tras su delgadez y su liso pelo, pero sobretodo se escondía tras su timidez, ese fue el Ángel mas observador he importante, el que siempre cuido de ella, hasta en esos momentos en los que la Niña dejo de serlo y se fue convirtiendo en mujer.
El paso del tiempo no se detenía, y las vidas iban cambiando, entre dichas y desdichas, entre risas y llanto, ese Ángel se fue un día, voló muy alto, muy lejos, cuido a otra niña a la que amo con locura, con la que en ocasiones olvido que era un Ángel y se convertía en un hombre enamorado, apasionado y loco, pero un día, de nuevo voló, de nuevo se fue bajo otros cielos, más lejanos, más distantes, había otras almas a las que cuidar y amar, siempre en la búsqueda de poder equilibras su vida de hombre, con su angelical misión de vida; pero ese Ángel sentía un gran vacío, volaba, amaba, cumplía misiones, pero algo le faltaba, así que emprendió la búsqueda, por la luz, por las sonrisas de su juventud casi niñez, por los recuerdos de un pasado que a oscuras sabia que en algún lugar del mundo estaba, por esos sabores que añoraba, que eran de él, que eran las calles que lo vieron libre, sonriente y pícaro tras las velocidad de su pequeña moto, esos lugares donde dejo de ser niño y se convertía en un joven hombre enamorado.
Como es natural, todo cambia, los años pasan, los arboles crecen, los rostro se olvidan, el silencio continuo nos seca, el dolor nos hace más duros, más cautelosos, y las almas buenas, con misiones bellas y especiales sufren mucho por la sensibilidad de sus corazones, viven experiencias muy cercanas al sueño eterno, pero regresan con mas fuerzas y no paran en la búsqueda.
Un día cualquiera, estaba esa misma niña de sonrisa amplia y cabellos negros sentada mientras miraba por su ventana al infinito, y se reconocía cambiada, entre melancolía por los sueños no alcanzados y por sus cabellos que no eran los mismos, marcados por el paso del tiempo con unas blanca canas que le denotaban la sabiduría de lo vivido y en medio de su confusión, de esa vida que ha sido como una montaña rusa, implora a su Padre Dios, por una nueva oportunidad, con el deseo inmenso de poder cumplir su misión en esta vida y Dios complaciéndole sonriente, desde los altos y azules cielos, sabiendo que era el momento que se estaba esperando para el gran encuentro, le concedió su deseo… y fue allí cuando el Ángel volvió, con su luz, con su amor y su sonrisa, con sus palabras bellas y sus sinceros consejos… pero ella continuaba a ciega, no lograba reconocerle aún, dejándose dominar por lo terrenal, no lograba percibir la presencia de su siempre Ángel guardián, así que él decidió hacer, ruido, sacudirla, hacerla reír, regalarle amaneceres y el Sol que siempre estaba allí, pero que ella no veía, la tomo de la mano y la devolvía a casa de Dios a su casa de siempre, la que ella había abandonado por sus miedos y temores, la paro de la cama y cambio sus noches largas por días brillantes y productivos, le cambio la desilusión por la esperanza, la desnudo con sus acertados comentarios y la vistió solo de sonrisas; en pocos días le dio los regalos más bellos que le había mando Dios desde siempre…
Ella le pregunta ¿Quién eres?
Y él le responde: 18:01 Tu: “quizás ese que mandaron para que veas que los hombres no somos iguales. Y yo ver que siempre hay luz del otro lado de la puerta”
La alegría le invadió la vida, pero el siempre y cruel miedo la hace dudar y la pone impulsiva, agresiva ante una situación hermosas que solo necesita tiempo, pero el peludo no le gustan los corazones gozosos en la fe de un Dios bueno y misericordioso, que junta a las almas buenas, así que cada día pasa a ser una vivencia nueva, un rio en calma o revuelto, una incertidumbre ante lo que puede ser o dejar de ser.
Además, pasaba algo más triste que superar, su Ángel había volado tanto, tan lejos y dado tanto de sí que tenía sus alas cansadas y una parte de su corazón a oscuras, así que esta niña ahora mujer debía ayudar a su amado Ángel, a ese que nunca vio, pero que siempre estuvo allí, a recuperar sus alas para continuar el vuelo.
El proceso no es fácil, el Ángel se vuelve hombre, triste, se siente solo y cansado, lejano de una realidad que fue y ha olvidado, con un vacio, el pasado se le hizo presente y su corazón se volvió polvos, ahora la niña llora por que le duele verle así, derrumbado, medicado para que pueda volver a valor, ha dado tanto que se ha olvidado de él, de sus verdaderos sueños y deseos, se dejo envolver por el mundo del deber ser, del trabajo, del cumplimiento por los deberes diarios…
Implorando a Dios desde lo más profundo de su corazón la mujer saca a su amada e indefensa niña de ayer para que sea ella la que le implore a Dios el resurgimiento de nuevos corazones, las fuerzas para cumplir sus misiones y la oportunidad de amar y ser amada, ya lo mas importante a pasado, que ha sido el encuentro de sus almas, que a pesar del tiempo y las distancias siempre permanecieron unidas, y algo celestial he importante les ha guiado, la luz del alma de Anna ya en los cielos, ha intercedido y bajo hasta sus corazones, permitiendo que las cicatrices del pasado se estén cerrando y construyendo nuevos caminos por recorrer, la oportunidad de que las bellas historias de amor verdadero se hagan realidad están muy cerca, tantos kilómetros andados, volados, caminados, tantas lunas y soles han pasado, infinitas lagrimas derramadas y sonrisas que se mueven como en susurros a la orilla del mar, con los corazones abiertos, con los pies sobre la tierra, con las ganas de ser mejor cada día, por la sanación de sus almas, solo pide al Señor Dios Padre bueno, la oportunidad de recuperar sus corazones llenos en el amor, la salud y la paz, acompañado de los que aman, de los que han estado en los vuelos, unos siempre presentes, otros más distantes, pero también almas amigas, sinceras y buenas que se conjugan para un bien común, para lo que hemos sido creados y enviados, para la realización del AMOR que es la fuerza inagotable que mantiene a este mundo en vida, solo eso te pide esta Niña mi Dios solo eso te pido Yo hoy AMOR!!!…
Siempre Anyhec
Barinas 17 de enero 2010.

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